Pays Basque

Mi trabajo no me suele permitir alejarme de la oficina y del ordenador. Hoy, sin embargo, he podido salir de la oficina y hacer un poco de "turismo" (un poco de turismo y muchísimo curro, puntualizo por si lo lee mi cliente).
El asunto es que me he acercado a Iparralde (país vasco-francés): he currado muchísimo (al cliente le voy a facturar 14 horas), he comido bien, he comprado regalos de navidad (con el sello "Fabriqué en France") y me he enterado de que los aldeanos de este lado de la frontera están, también, preocupados por la construcción.
(Una prueba de lo mal que va Francia es que está siguiendo los pasos de España)
La revista trimestral Pays Basque que he leído mientras tomaba un "café au lait" en una terraza de Biarritz dedica su portada a la construcción.
Esta revista se pregunta si el País (Vasco) está en venta y si la fiebre inmobiliaria va a acabar con la fisonomía actual de esta zona y la va a convertir en la segunda residencia de los nuevos ricos de París. Ya sabéis: la zona se pone de moda, los constructores asfaltan la costa, el precio del suelo cada vez es más caro y los "del lugar" acaban reconvirtiéndose en el sector servicios y se lamentan recordando los tiempos en que eran más pobres pero infinitamente más orgullosos (de su cultura, su agricultura, su música, su gastronomía, etc. etc. etc.).


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