Imagina que un día aparecen por tu barrio 40 adolescentes que se ponen a jugar al fútbol delante de tu casa, se meten en tu jardín, hacen un montón de ruido, gritan, rompen algún tiesto, golpean tus cristales y tus paredes con la pelota.... una putada, vamos. Pero tú no has hecho nada para que vengan a tú jardin, ¿o acaso sí?
te asomas, les miras, te ignoran. "chicos! ya vale, ¿no?". Ni puto caso. Alguno se rie de ti, oyes "puto viejo" mientras te das la vuelta y cierras la puerta.
sabes que la razón (y el orden) están de tu lado; así que decides obligarles a irse. sales (otra vez) y gritas: "esta es mi casa! no tenéis derecho a molestarme, iros ya o aviso al presidente de la comunidad!!!". Las risas no dejan oir el ruido del balón.
CRASH! Acaban de romperte el cristal de la ventana de la cocina.
llamas al presidente y le cuentas tu problema. El presidente, condescendiente, te da la razón, una palmada en la espalda y todo su apoyo "moral". En el fondo, su casa está en la otra punta de la urbanización y allí los ruidos apenas se oyen y, por supuesto, a él no le han roto ningún cristal. "ánimo!", se despide.
pasas a la acción, aprietas los puños y sales a defender tu casa. Ellos son más, más rápidos y además de puños tienen alguna navaja y sus botas hacen más daño. Vuelves dentro, está anocheciendo. CRASH. Se van. Te sientes impotente. No duermes. Lloras.
Al día siguiente ves a tres de ellos que entran en la urbanización. Llevan raquetas y se van directamente a una de las pistas de tenis. Estabas limpiando pero no importa, lo dejas y te acercas a la pista. Ahora son sólo tres. Les increpas, ellos dicen que no te han visto en su vida, les amenazas, te insultan, ahora empiezas a dudar si estos tres estaban ayer rompiendo tus cristales... finalmente intentes echarles de la pista y consigues atrapar a uno de ellos antes de que se vayan. Te lo llevas a tu casa. Tienes ganas de pegarle, que arregle tus cristales, que se joda, que se pase él la noche sin dormir. Le gritas, tu vecino que no sabe la historia te oye y piensa "si es sólo un niño! si sólo estaba jugando! cómo va a romper un cristal con una pelota de tenis!". Acabas dejando que se vaya.
Otro día. CRASH! CRASH! CRASH! El chico de ayer y 30 amigos suyos han venido con 5 balones pero no juegan al fútbol: chutan contra tus cristales. Intentas salir pero te tiran piedras y tienes que quedarte dentro hasta que se van.
Una semana: has comprado y puesto 20 cristales. Has dormido 10 horas (en total). Has pegado a 4 de los chicos. Te han pegado 10 veces. Casi todos los vecinos te dan la razón y mucho ánimo pero, cuando se oyen los balonazos, casualmente, ninguno de tus vecinos está a la vista.
Llamas a tu madre:
- ¿por qué no haces las paces con ellos y que te dejen en paz?
- ¿cómo? pero si estoy en mi casa. Si no he hecho nada. Si son ellos los que vienen a joderme!
- algo habrás hecho tú. Tal vez hace mucho tiempo... tal vez no te acuerdas...
- no
- ¿qué quieren ellos?
- joderme y jugar al fútbol en mi jardin
- dejales que lo hagan
- no quiero. me molestan y me rompen los cristales
- vete a otro sitio
- no quiero. que se vayan ellos!
- ¿se van a ir?
- no me lo han dicho
- ¿se lo has preguntado?
- ¿para qué? ya saben que se tienen que ir. Paso de hablar con ellos
- ... click!
Pasa una semana:
- Hola, soy tu madre. Nunca me llamas. ¿qué tal con los chicos esos del fútbol?
- esos "cabrones" me han dicho que podrían dejar de jugar aquí. Incluso podrían dejar de jugar en toda la urbanización. Que les devuelva los balones que les he cogido y que hable con el padre de Oscar para que su padre le levante el castigo y que la comunidad les deje usar la pista de tenis
- qué bien! entonces está solucionado
- no está solucionado. esto es un chantaje que no voy a admitir
- ¿no puedes ceder un poco? aunque sólo sea para que te dejen en paz. Hay que ver, eres como tu padre... siempre tienes que tener razón, sólo se pueden hacer las cosas a tu manera
- sí mamá. Adios.
CRASH! Hace tiempo que no arreglas ya los cristales. Simplemente pones un cartón tapando el hueco. Ese, el del trastero, era el último cristal que te quedaba entero.
se acerca el presidente:
- chicos, no volváis a jugar al fútbol en la urbanización, vale? os dejamos usar la pista (siempre que no esté ocupada por algún vecino) y este señor tan simpático os va a dejar entrar en su casa a beber agua siempre que queráis (como a cualquier hijo de cualquier vecino) y hablará con el padre de Oscar para que le "rebaje" el castigo
los chicos se miran entre sí, ninguno quiere decir nada y quedar como un cobarde pero se nota en sus caras que también están cansados
FIN
ps. un ejemplo no demuestra nada y, mucho menos, ni da ni quita la razón a nadie